Necesidad de aclarar a quien corresponda, que en ningún momento hago los comentarios en
forma descalificativa no quiero ofender a nadie y por sobre todas las cosas lo hago con altísimo respeto, solo que utilizare algunas frases que todos conocemos, que son o fueron de uso corriente o popular
También mencionare los sobre nombres pero en el entendido que no es en manera despectiva y ademas por que en muchos casos asi los conoci y como no recuerdo o desconozco sus nombres apelo a eso que es el recuerdo popular
También cuando menciono alguna persona de nuestro José P. Varela que físicamente no esta lo hago con un hermoso recuerdo por que estarán siempre en mi corazón y mi recuerdo.......
En un hermoso día de sol, se puede ver a doña Pirula Rodríguez, ( la mamá de Roberto, Alejandro y Marta) conversando con Teresita Miraballes (la esposa del zapatero Crossa) están allí, en la vereda que esta después del portón GRANDE de lo de Doralicio Hernández, pero mira, mejor te digo los detalles, por que en una de esas los duendes de la memoria te hacen la jugada que a veces me pasa a mi y la cabeza se te llena de rumores, colores, olores, etc.
Era un clásico entrar a lo de Hicio Hernández y atrás de la casilla de madera que era la caja, podíamos ver al Cuya Frachia, te lo imaginas? todo un pibe, muy serio, cobrando, Para quienes peinamos canas como yo, nos acordamos cuando en el galpón de la esquina de esta casa comercial, se fabricaban las raciones, el polvo y el ruido de los molinos, etc., tenían un importante movimiento, que lindo era entrar al comercio y ver a los muchachos despachando a sus clientes, destapando aquellos cajones que estaban contra la pared, y como te decía todavía puedo sentir el olor de la cascarilla, el café recién molido, y mucho mas, te cuento una anécdota cortita que bien Pirula y alguien mas, de aquellos años seguro pueden decirlo con mas autoridad que yo,
Vecina que entra y saluda
- buen día, don Hicio le quedan huevos?
- Quiere Ud. Decir productos nacarados gallináceos?, si quedan
Al frente de los mostradores, se apreciaban las raciones para ponedoras, maíz, porotos, arroz, etc.
Salías a la vereda y seguro que veías enfrente al Baby y su Padre don Medina, dándole al martillo, en su oficio de zapatero, meta planchar suela pero esto era algo que pasaba desapercibido con referencia a lo que tenías al lado, que a que me refiero?
Allí, pegado al comercio de esa familia Hernández – Rodríguez, estaba el galpón de Rivero,
Como describirte lo que era el ruido de ese taller, si no podías escuchar nada en cuanto estabas por pasar por frente a la puerta del mismo,
Es que cuando picó el bicho de las cachilas era una locura total, el pueblo estaba convulsionado, y no era para menos, se venían los primeros pasos de aquello tan bueno e importante para los amantes de los fierros, podíamos contar con nuestros valores, con nuestros créditos locales, con nuestros fangios y habían algunos que se destacaban mas que otros, sea por que sabían de mecánica, por amor a los fierros, por que eran mas audaces que los demás, que se yo , si de eso no se nada, pero me acuerdo de Teperino Lenu, Del Loco Cabrera, y muchos mas
El caso es que , allí en ese galpón del loco Rivero se podía vivir el nerviosismo de los preparativos en aquellas cachilas , armadas con tantas ganas y con pocos pesos, seguro que como dice la canción y el dicho popular ¡!!!!! Lo atamos con alambre, por que a Humberto el loco Rivero, le damos una pinza y pedazo de alambre y esta todo solucionado!!!!!!
Mucho tiempo ha pasado de aquel entonces, pero seguro que a ti como a muchos nos pasará de recordar el rostro colorado, los ojos saltones y rojos, los pocos pelos que le quedaban, parados y los lentes de soldar en la frente. Con la sonrisa franca y a flor de labios, ese ser querido por muchos gurises de aquellos años, te digo a manera de ejemplo Raúl García (el hijo del Tony)………
Hoy, con el pasar de los años, pienso que había que ser MEDIO inconsciente, o tremendamente fierrero para subirte a esas cachilas ¡!!!!!Que no tenían Jaula, ¡!!!!
El asiento era un tronco, (o miento?) y que en el mejor de los casos podía ser lo que había quedado de algún viejo tractor Fordson o Allis chalmes, con un pelego a manera de hacerlo mas cómodo,
El radiador, tapado con un marlo de maíz,
Lentes, eran los que siempre usaba, aquellos marrones de sol
Y de casco ni hablamos, claro que todo esto era Humberto Rivero, dentro de aquel
viejo y gastado mameluco azul.
Es bueno reconocer hoy que a quienes nos gustan los fierros, que vibramos con el rugir de un motor, que nos gusta la velocidad, que nos embriagamos con el olor a nafta y aceite, sentimos sana envidia por ese loco y esos verdaderos adelantados para nuestro tiempo, audaces y fierreros de la formula T,
Ah!!!, y al final de la carrera, te espero a tomar una cañita en lo de Pedrito Denis, ta.?